34 ¿Sirena? Decir algo que era mejor callar

Al amanecer comenzamos a arreglarnos junto con KIMKA que viene a socorrerme gracias a Calen, con mi maquillaje. Le agradezco por las ropas que hace días me compró y digo que no tenía tiempo para ir a su dormitorio en persona. Con todo, lo cierto es que prefiero no toparme con ella si Calen no está presente. Sin embargo, horas después ansío la presencia de KIMKA porque temo a la proximidad de Calen.

Yo que me veo al espejo detrás del tocador noto su tacto a palma abierta en mi espalda. Que baja hasta halagar mis caderas con el toque de sus manos. De manera que cierro mis ojos para sentirlo mientras inhalo por mi nariz.

— Estás bellísima, Sirena.

Trago y absorbo el gusto a menta que desprenden sus palabras.

— ¿Sirena? ¿Ahora me llamarás así? –río al verle a través del espejo.

— ¿Te molesta?

Curiosea inclinándose junto a mí que engarroto los dedos de mis manos para responder.

— No me respondas con una pregunta...–repongo– pero no. Creo que no...

— Pues sí. Te llamaré así: Sirena.

Dic
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