Miré a mi alrededor, un poco desorientada. No tenía idea de en qué momento me había quedado dormida.
Me removí con pereza y giré el cuerpo hasta encontrar mi teléfono debajo de la almohada. Entreabrí los ojos, tratando de acostumbrarme a la luz de la pantalla.
3:35 AM
—¡Joder! —murmuré.
Me levanté con desgano y caminé hacia el baño, arrastrando los pies por el pasillo. Justo cuando iba a girar la perilla, un ruido sutil desde el primer piso me detuvo.
Fruncí el ceño. Bajé con cuidado las escaleras, tratando de no hacer mucho ruido.
Jack estaba en el sillón, envuelto en una manta, viendo una película en la televisión. El brillo tenue de la pantalla iluminaba su rostro.
Me acerqué sin decir nada. Y aunque en la superficie parecía tranquilo, en mi mente solo resonaban sus palabras de hace unas horas.
"Estoy enfermo."
Me senté a su lado. Él me miró, sonrió suavemente y volvió la vista a la televisión.
—¿Qué haces despierto? —pregunté con un bostezo mal disimulado.
—No podía dormir —respon