Bastian sonrió y nos acercamos a la mesa, él tomó la copa de vino y bebió el restante, después de la boca sacó una pequeña llave plateada y después de abrir las esposas, llegó mi libertad de nuevo, la muñeca me dolía un poco pero ya no tendría que estar pegada a Bastian.
—Bien, dime...¿por qué me mentiste con haberte acostado con Herboll?.
—Por venganza, quería que sintieras lo que yo he sentido, era algo justo.
—¿Entre tú y él nunca paso nada? —me pregunta poniéndose serio y sentándose en la cama.
—No, nunca ha pasado nada, pero no puedo negar que es g