Lily se sentó en la mesa con las niñas, mirando la comida con la nariz arrugada.
- Señorita, su medicación – Luis le extendió una píldora rosa
Al notar la confusión de Lilian, Luis le explicó: - Se debe haber acabado la caja que comenzó a tomar cuando estuvimos en la playa.
- Oh, tienes razón, pensaba comprar esta tarde
- No puede cortar su tratamiento Señorita, debe tomar esta pastilla con el almuerzo, así que fui personalmente a la farmacia esta mañana, también compré de la que debe tomar a las ocho y la de antes de dormir.
- Tampoco es como si yo hubiera querido salir – dijo Lily con amargura
Luis comprendía la expresión de Lily.
Si bien en la mansión había mucho espacio para moverse, nada se comparaba a caminar un poco entre otra gente.
- El Señor Vermont me aviso hace un minuto que no estará almorzando en casa
- ¿De verdad? – Lily levantó la ceja
La nuca de Luis transpiraba
- Mejor – susurró Emma, como si esa palabra en realidad se hubiera escapado de sus labios.
Eva asintió al l