Capítulo 50

Entramos a la ducha. Lucien se notaba muy nervioso, pero intentaba ocultarlo; no quise hablarle más al respecto, para que su mente tuviera el tiempo para poder analizar y darle valor. Subimos al carro de Beta Sirius, en los asientos de pasajeros, mientras él conducía y nos llevó hasta la prisión donde se encontraba el joven.

Al vernos llegar, nos dieron inmediatamente el paso. Caminamos tras Beta Sirius, que nos condujo por algunos pacillos, hasta llegar a una habitación con un enorme vidrio que dividía la sala en dos. A través del vidrio podíamos ver al joven sentado en una silla en medio del lugar, con esposas en sus manos y un collar ajustado en su cuello que impedía su transformación. Al escuchar nuestros pasos, levantó la cabeza y sonrió irónicamente.

- Lobo, dinos tu nombre – dije con firmeza.

- Vaya, vaya… la loba bruja ha llegado al fin… - dijo sin dejar su expresión irónica.

- ¡Tu Alfa te ha hecho una pregunta! – dijo con fuerza Beta Sirius.

- Jajajaja… - rio con sarcasmo
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