—¡Oh por Dios!— Exclama una camarera al ver la situación —¡Le está dando un infartó, llamen a la ambulancia
Sebastián se puso en alerta. Se agacha quedando de rodillas en el suelo, y luego empieza hacer compresiones en el pecho de Camelia.
—¡Llamen a la ambulancia!— se apresura a decir mientras continúa
—ya viene en camino señor— informa el camarero que los atendió
—¡No te mueras!— continúa Sebastián y ella deja de temblar
Todo fue tan rápido, tan trágico, que Sebastián va en su auto siguiendo a la ambulancia, él se apresura a llamar a Anastasia.
—Sebastian estoy ocupada— habla Anastasia
—aqui está tu malteada, preciosa— Sebastián escucha una voz muy varonil a través de la llamada telefónica
—Camelia está siendo llevada a la clínica central, no se en que condiciones está su salud
—¿Mi madre?— Anastasia se puso nerviosa y se dispuso a agarrar su bolso
—no tardes, no se que hacer— Ana cuelga la llamada
—¿A dónde vas?— pregunta Adrián, un nuevo socio de Anastasia
—te llamaré luego— A