Tiberius guardó silencio, Fabio, como director del departamento de desarrollo de su hermana, gozaba de la confianza de Evana, sabía que trabajaban juntos en todos los proyectos, pero en esa situación particular donde todo hacía creer que Raffaella era la traidora, quería mantener un círculo muy cerrado, aunque apreciaba que la defendiera con tanto ahínco.
–Si no te importa iré con Raffaella –dijo Fabio–, voy a llevarla hasta su casa, debe estar devastada, yo pienso que debiste haber esperado hasta comprobar su culpabilidad para tomar esa medida tan drástica, a ella la considero una excelente persona.
–Fabio, ya dispuse escolta para ella, no es necesario que la acompañes y si es inocente yo mismo la traeré de vuelta a la empresa.
–Pues espero que sea lo bastante orgullosa para no volver a pisar esta empresa que basándose en sospechas la despide sin miramientos.
–No son solo sospechas Fabio, estás viendo todo lo que la incrimina.