Adrián se giró para encontrarse con los ojos acusadores de la capitana, su mirada era retadora, él incluso podría asegurar que por un momento se asomó una leve sonrisa en sus labios…, sus labios, se dio una palmada mental por desviarse, pero es que debía reconocer que Olivia Barker tenía una belleza clásica, sin contar su buen cuerpo… el que pudo notar cuando la vio entrar al restaurante noches atrás, se recompuso rápido y respondió:
–No, no tengo problemas con eso capitana, puedo trabajar junto a usted sin inconveniente alguno, le aseguro que ni siquiera me fijaré en su presencia.
–Tendrá que hacerlo señor Remington, la idea es que colaboremos e intercambiemos ideas para asegurar que los sistemas no sean vulnerables.
–Bueno, ya veo que se acoplarán para realizar la labor encomendada, los dejo para que tracen su plan de acción -manifestó el general abriendo la puerta y dejándolos solos.
El espacio era amplio con dos escritorios ubicados en los extre