Capítulo 109

Se instalaron en las habitaciones, se refrescaron y salieron listos para esperar a Raffaella e ir a almorzar, Evana miraba de reojo a su hermano, quien se mantenía un poco alejado del grupo y ella estaba segura que solo estaba disimulando que revisaba su teléfono.

Efectivamente, Tiberius se apartó un poco y se apoyó en una columna muy estratégicamente ubicada desde donde podía ver la entrada a la posada sin ser notado a primera vista, tenía un ojo en la pantalla del teléfono que fingía revisar y otra en la calle, así la vio, otra vez vistiendo ropa diferente, más elegante, ajustada, moderna, ¿ese Mateo la hizo cambiar? ¿Por qué accedió a eso si antes estaba perfecta?

–Hola Raffaella, qué gusto verte –saludó Evana abriendo los brazos para recibirla.

–Hola Raffaella –exclamaron los niños al unísono.

–¿Cómo están todos? Me alegra mucho que hayan venido, ya mi grupo está completo, porque confieso que no conozco a ninguno de los invitados.

–T
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