—Hola, señor Cadenas.
Al ver que el señor Cadenas se acercaba, José y Natalia le estrecharon cortésmente la mano e intercambiaron cumplidos: —Señor Cadenas, ¿está charlando de negocios con el señor Figueras?
—Sí, el señor Figueras tiene unos proyectos que me interesan, así que he venido a hablar con él.
Al ver que Cristian y Rebeca se quedaban quietos y no se acercaban, José dio un respingo, pero en realidad no le importó.
El señor Cadenas, ajeno a lo que pasaba realmente, pensó que había algo extraño en la actitud de Cristian.
Al fin y al cabo, como hombre de negocios, aunque Cristian no conociera a los Mena, no estaría mal acercarse a saludar y hacer más amigos.
Mientras Natalia y José y su gente hablaban con el señor Cadenas, Alejandra saludó al señor Cadenas y luego se unió a Liliana, dirigiéndose hacia Rebeca y Cristian.
Cristian miró a Rebeca.
Rebeca los vio acercarse y no se movió.
Alejandra habló amablemente: —Rebeca, cuánto tiempo.
Rebeca no dijo nada.
Alejandra suspiró al ver