Capítulo 18

Gabriel nunca había entrado a la parte central del parque, donde estaban algunas bancas frente al enorme árbol y el suelo estaba tapizado con ladrillos pequeños y amarillos. Le dolía todo el cuerpo, como si una tractomula le hubiera pasado por encima, por suerte la cabeza le había dejado de doler, pero odiaba tener los ojos hinchados y rojos, odiaba llorar.

Dejó de llorar casi desde que salió del hospital, no quería pasearse por las calles como Victoria Rufo. El pueblo había tenido suficiente de sus shows por esa semana, pero aun así las personas lo miraban al pasar, y trató de llegar a su habitación lo más rápido que le fue posible. Ignoró a Irán que abrió los ojos cuando lo vio, y a su tía le dijo que tenía una alergia. Se encerró en el pequeño cuarto, se metió entre las sabanas y se quedó ahí, ya ni siquiera

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