Punto de vista de Judy
—Porque Chuck tiene sangre de sirena —le dije con suavidad—. Por eso te hizo creer que era tu compañero, te hizo enamorarte de él.
Irene dejó escapar el aire, sorprendida. —¿Qué? ¿Todavía existen las sirenas?
Asentí. —Al parecer sí, y Chuck es uno de ellos. Hizo que te enamoraras de él... todavía no sabemos con qué intención, pero tu papá va a averiguarlo.
—Espera... ¿mi papá sabe todo esto? —preguntó con los ojos muy abiertos—. ¿Desde cuándo saben sobre esto?
—Desde hace un par de días —admití—. Llevamos un par de días intentando decírtelo, pero no querías escucharnos. Quien más lo intentó fue Erik, aunque tú lo alejaste por completo.
—¿Y cómo saben que es verdad? —susurró—. ¿Cómo están seguros de que tiene sangre de sirena?
—Erik fue a ver a una Vidente, y prácticamente se lo confirmó. Es lo único que realmente tiene sentido, porque las sirenas casi siempre van detrás de algo concreto, y cuando lo consiguen, o descubren que no pueden obtenerlo, sueltan a la per