Nan: 911, ¡ven a la Villa ahora!
Había una sensación de pánico en mi pecho mientras leía su mensaje.
—Tengo que irme —le dije a mi mamá mientras me apresuraba a salir de la habitación. Ella me siguió de cerca, tratando de preguntarme qué estaba pasando, pero ya me había ido muy lejos. Todo en lo que podía pensar era que algo podría haberle pasado a Irene y a la bebé cuando se mudaron a la Villa.
Me subí a mi auto destartalado y encendí el motor, prometiendo que mantendría a mi madre informada una vez que averiguara más información. No perdí tiempo llegando a la Manada Creciente Plateado y a la mansión de Gavin.
Cuando entré a la mansión, me sorprendió que no oliera ningún rastro de que Irene hubiera estado aquí. Caminé hacia la cocina, siguiendo el aroma de Nan, solo para encontrarla sentada en el mostrador de la cocina con Chester caminando de un lado a otro.
—¿Qué está pasando? —pregunté, las palabras apresurándose a salir de mi boca—. ¿Cuál es la emergencia?
—Sammy se fue hace un ra