Mientras comenzaron a llevarla, ella los detuvo justo cuando estaban pasando por donde yo estaba. Sus ojos parpadearon hacia mí, una muestra de respeto permaneciendo ahí, y entonces para mi sorpresa, me dio una sonrisa suave.
—Sabía que serías una competidora feroz —dijo, extendiendo su mano hacia mí para que la agarrara—. Felicidades. Fue un honor conocerte, Judy Montague.
Agarré su mano en un apretón firme, todo mi cuerpo temblando y mis ojos abiertos mientras la miraba fijamente.
Entonces soltó mi mano, y se la llevaron, dejándome parada en el medio de la arena, completamente sola... y aún muy desnuda.
En el segundo que se fue, fue como si alguien encendiera un interruptor porque todo el estadio estalló en vítores ensordecedores, sacudiendo mi cerebro, trayéndome de vuelta a la realidad.
—¡¡Y tenemos una ganadora!! —dijo el anunciador por el altavoz; los drones me rodearon, capturando cada ángulo que pudieran, asegurándose de no dejar nada fuera—. ¡¡¡Felicidades Judy Montague! ¡Gana