Matt levantó la vista hacia mí y una sonrisa se extendió por su rostro.
—¡Quería terminar esto rápido para que pudiéramos entrenar afuera! —me dijo—. Aunque como que desearía que todavía estuviéramos en la mansión. Me gustaba más allá.
—Tu padre piensa que es mejor si trabajamos aquí por los paparazzi. Hasta que se encargue de eso, es mejor que no vayas por allá —le dije. Solo esperaba que estuvieran fuera para cuando fuera hora de irme a casa. Lo último que quería era quedarme aquí... no con Irene bajo el mismo techo. Sabía que no le agradaba o no confiaba en mí ahora y no quería que las cosas siguieran siendo incómodas entre nosotras. Creo que pasar la noche con su padre haría las cosas aún más incómodas.
Asintió pensativo y luego sonrió de nuevo.
—Entonces, ¿vas a ser mi mamá?
Casi me ahogo con mi propia saliva mientras me sentaba a su lado.
—¿Perdón, qué? —le pregunté, clavando mis ojos en su dirección.
Se encogió de hombros como si no hubiera hecho esa pregunta tan casualmente.
—V