Todavía estaba en incredulidad por eso.
—¿¿Espera qué?? —preguntó, estupefacta—. ¿Te sanó y no era parte de nuestro equipo?
—Me sanó lamiendo la herida —enfaticé—. Fue tan extraño. Y luego simplemente desapareció.
—¿¿No sabes a dónde fue?? —jadeó Tabby.
—No —admití—. Pero me gustaría averiguarlo.
Buscamos en el bosque por un largo rato, buscando la bandera y diligentemente manteniendo nuestros ojos atentos al lobo negro. El sol había puesto hace mucho, y estaba oscuro pero gracias a nuestros ojos de lobo, aún podíamos ver durante la noche como si fuera de día, incluso en nuestras formas humanas.
—Tal vez deberíamos obtener una mejor vista —sugirió Tabby, mirando hacia arriba al árbol—. Eres buena escalando.
Asentí en acuerdo.
—Dame un empujón hacia arriba —le dije mientras me agarré de la rama más baja del árbol. Ella agarró mis pies, y pude usarla para obtener una postura más alta y subir completamente a la rama. Era lo suficientemente estable como para poder pararme en ella sin ningú