Camila
Saque valentía de donde no tuve para poder reunir los documentos… al llegar a su oficina y ver que esa mujer estaba sobre él sentí celos, sentí rabia… sentí muchos celos porque puede que ella sea la mujer que él necesita para ser feliz… y que en estos momentos yo soy solo un obstáculo en su felicidad.
Salí de allí, sé que no tengo autoridad moral para reclamarle, pero no quiero parecer una tonta.
Escuché como me llamó. En verdad se siente feo, se siente horrible pensar que puedes perder algo que ni siquiera es tuyo.
Camino de largo hasta que siento que él me jala hasta la sala de juntas, quiere hacer que las cosas se vean más fáciles o más difíciles para mí, no lo sé bien.
—Camila, todo fue un malentendido Abril y yo no estábamos haciendo nada —aseguró—. Fue un malentendido —dice con un tono que suena muy sincero.
—No parecía un malentendido —dije con hipocresía.
—Lo siento, no volverá a suceder.
—¿Qué no volverá a suceder, que yo entre así a la oficina y los interrumpa o