84. UNA BESTIA EN EL BOSQUE
NARRADORA
En el palacio real.
—¡Aaagggrr! —Cassian, el Consejero del Rey, cayó al suelo.
Sentía el poder quemando el interior de su cuerpo, recorriendo cada arteria y vena, cada rincón de su ser.
De rodillas, con las manos apoyadas en la fría losa, el tatuaje que cubría su espalda vibraba con la tinta tan roja que parecía sangrar.
¡Dolía, maldit4 sea, dolía a morir!
Cada Abismo Lunar era peor que el anterior, sentía como si su cuerpo se desgarrara por dentro.
En el techo de cúpula, un enorme tragaluz se había abierto.
Mostraba la misma luna cubierta por oscuridad.
Pero, a diferencia de lo que ocurría en la cripta que defendía el Alfa Hunter, aquí el halo de luz resplandecía con más fuerza.
El Consejero del Rey alzó la mirada, sus ojos lobunos, intensos, observaban la imponente y poderosa corona flotando en el aire, brillando con haces de luces doradas y reflejándola sobre él.
Ni siquiera podía ponérsela en la cabeza, no era su dueño real, pero igual, se había aprovechado de sus bendic