82. NO TE DEJARÉ IR ESTA VEZ
NARRADORA
El cabello dorado hasta los hombros le cosquilleaba en el rostro, sus mejillas sujetas sobre esas callosas manos.
Se sentía tan correcto, era tan hermoso, como el rayo del sol al atardecer.
Su boca fue lamida eróticamente, su labio superior chupado y una lengua dominante entró a enredarse con la suya, a devorarla profundamente, a saquear su voluntad.
Las manos de ese hombre la estrecharon contra la dureza de su cuerpo, inclinado sobre su baja estatura.
Lucía tan pequeña frente a su dominación.
Sus nalgas fueron tocadas, apretadas, el beso elevaba la intensidad, las chispas de deseo ardían, sus corazones en sintonía.
Irina se ahogaba en el sabor delicioso de esa boca, pero entre jadeos lo escuchó de nuevo hablar y volvía a llamarla por el nombre de esa mujer.
—Mi amor, no he podido liberarme, pero ahora que sé que lo lograste, Elin, que estás en este mundo de nuevo… —susurraba sobre sus labios con desesperación.
—Lucharé con más fuerzas, lo que le hicieron a nuestro clan… lo