107. COBRANDO UNA DEUDA
OWEN
Me quedé paralizado ante las palabras de ese hombre que ni siquiera conocía bien.
Sin embargo, no tuve tiempo para analizar sus patrañas.
Era obvio que buscaba sacarme de quicio y por un segundo lo logró.
—¡Corran detrás de los árboles!
Escuché la orden de Alex y mis pupilas se cerraron sobre el movimiento de las defensas.
Salí de golpe de mi estupefacción y lo ayudé a dirigir a nuestra gente.
Éramos solo un puñado para llamar su atención.
El resto se escondía en el bosque y otro grupo había avanzado a una entrada secreta.
Corríamos cuando escuché el silbido cercano de los proyectiles.
—¡Arrójate al suelo!
Empujé a mi mate hacia unos arbustos y caímos rodando con un golpe sordo.
Casi nos alcanzan dos balas y la marca se quedó grabada en la tierra, aún humeando.
—Es con lo mismo que te dispararon, Leo tenía toda la razón. El Consejero es el dueño de la fábrica. ¡Maldición! —Alexander murmuró.
Si aún le quedaba alguna duda de que habíamos sido unos idiotas, ya estaba más que confir