La sociedad suele afirmar que un hombre de buen porte, soltero y con una posición económica destacada tiene el poder de conquistar a cualquier mujer que desee. No obstante, pese a la abundancia de admiradoras, Vicenzo Della Rovere Mariani carece de lo más valioso en su vida. Hace algunos años, Vicenzo perdió todo aquello que consideraba esencial para un futuro prometedor: su corazón fue destrozado y los sueños que una vez atesoró se desvanecieron. Tras meses de un doloroso duelo, logró reconstruirse, enfocando su energía en nuevas metas, decisiones más acertadas y una búsqueda implacable del éxito, aunque sus relaciones con mujeres se redujeran a encuentros casuales. Ahora, Vicenzo está a punto de cerrar un acuerdo trascendental que le acercará a sus nuevos objetivos. Sin embargo, no está preparado para lo que el destino le tiene reservado. Un giro inesperado le revelará las verdades más crudas: confiar ciegamente en un futuro asegurado es un engaño, la vida no se compra, y el respeto no se obtiene a base de imposiciones. Un solo instante bastará para cambiar su existencia para siempre.
Leer másLas luces tenues de la ciudad entran a través de la ventana de la habitación, iluminando los cuerpos sudorosos que están sobre las arrugadas sabanas debajo de ellos. La joven pelirroja gime ante la inminente sensación de placer que Vicenzo le da. Extasiados en sus cuerpos, se dejan llevar a través del ocaso nocturno hasta llegar al frenesí del orgasmo cargado de mera lujuria carnal.
—¿En verdad tienes que irte ya? ¿O es que te puedes quedar una hora más? —la voz melosa de la pelirroja acaricia el oído del moreno que yace desnudo de la cintura para arriba.
Tomando un poco de aire, él se aleja un poco más de ella disimuladamente, intentando salir de la cama y posteriormente de la habitación.
—Sabes que sí, acaso tú no tienes ningún otro lugar a donde ir —sonaba más a afirmación que a una cuestión en sí— ¿Una familia, amigos, una mascota o ya en última instancia alguna fiesta?
—Ya conoces la respuesta a eso, Vicenzo. Desde que salí de casa y me hice independiente no he vuelto. —Mariana sintió el veneno en las palabras de su amante, pero lo dejó pasar, era mejor tenerlo a su lado, que no tenerlo y amarlo en la distancia— Quizás si tú gustas puedo acompañarte.
La voz seductora de la chica intentando atrapar de nuevo a su compañero de cama le provoca a él un poco de náuseas, por lo fingido que se escucha.
—No, una cosa es el sexo casual y otra muy diferente intimar— Vicenzo se levanta malhumorado por la propuesta y se dirige al baño azotando la puerta justo después de entrar.
Mariana se queda enredada en las sábanas beige con bordados color oro de su recámara, mirando hacia la oscuridad de la noche. Pensaba cuantos encuentros más faltaban para que él la amase de la misma forma en la que ella lo hacía. Sin perder la esperanza se levantó para ponerse un albornoz y esperar a que el hombre de sus sueños saliese de su servicio.
Ella había planeado toda su vida al lado de ese apuesto hombre, desde que lo conoció hace tres meses en el trabajo, no había podido dejar de fantasear con él. Esta noche, había sido diferente, era noche buena y creyó que por fin él caería en sus encantos y le presentaría a su familia. Sin embargo, para él solo era solo era una más de las muchas mujeres que han logrado estar en su cama. Durante el último mes, ella había sido la chica del sexo casual por sus deslumbrantes encantos.
Una vez en la ducha Vicenzo se debate entre el deseo y la bondad, su deseo le dice que lo de él y Mariana era algo puramente carnal, nada que trascendiese a algo estable; su bondad, por otro lado, le dictaba que la invitase a pasar una noche tan especial con su familia y no dejarla abandonada en el frío departamento. Sin embargo, muy a pesar de sus dilemas, la congruencia le aclaró la mente mostrándole que si la llevaba le daría esperanzas para seguir creyendo en un tal vez, y por supuesto esas mismas creencias las ofrecería en bandeja de plata a su familia que ansiosa espera que rehaga su vida.
Al salir de la ducha se coloca con suma ceremoniosidad su ropa de esta noche, sus jeans oscuros ajustados a la cadera, la camisa azul oscuro y por último sobre un jersey de algodón su cazadora negra. Termina de alistarse en completa parsimonia a diferencia de su estado de ánimo, se siente cansado, indeciso y a su vez un poco expectante por tantas cosas que hacer y tan poco tiempo para lograrlas.
—Mariana, me tengo que ir —anuncia acercándose a su amiga con derechos para darle un beso en la mejilla de despedida—. Intenta salir y distraerte ¿sí?
Mariana lo mira con ojos cargados de esperanza, considerando que ese pequeño gesto de preocupación es la anticipación de un futuro a su lado, pero no es así, Vicenzo solo intenta asegurar un próximo encuentro entre ambos.
—De acuerdo, no prometo nada —responde la pelirroja de piel bronceada intentando guardar el aroma de su amante en la memoria. Siente un vago mal presentimiento y aunque por un momento quiere decirle de nuevo que no se vaya, sabe que es en vano, él ya ha decidido su destino.
—Nos vemos cuando regrese de Florencia. —Le cierra un ojo en señal de complicidad, pero él no obtiene el mismo entusiasmo de parte de ella, quien le regala una triste sonrisa.
Algo en las actitudes de ella no le agrada, quizás sea porque ahora confirma que para Marce ahora es algo más que sexo, se está enamorando y eso le supone un gran problema. Sale de aquel lugar dispuesto a no volver más, complicarse la existencia con relaciones amorosas no es lo suyo.
Repasa mentalmente su itinerario de los próximos días: Hoy Nochebuena con la familia, Navidad en Durango para la firma del contrato de la nueva fábrica, de ahí viaja a CDMX para su vuelo a Florencia, Italia, donde recibirá Año Nuevo con sus primos y algunas amistades.
Sin meditar en algo más, ya que carga sus maletas hechas en la cajuela, emprende su camino directamente a la casa de su madre para así cumplir con sus obligaciones de no tan buena gana con su familia.
Mila permanece parada de la mano de su mamá junto al altar adornado de luces, flores tintas, azules, follaje y cientos de diminutas luces. Ambas con vestidos similares y peinados parecidos. Sara había decidido llevar un vestido de top de encaje con manga larga y espalda descubierta, su amplia falta de sifón plisado caía en voladas por la parte trasera, pero esta era cubierta con el velo que tanto ella como él habían elegido para el momento. Un velo del mismo color blanco, como el color de seda antes de ser tintado, y con estrellas bordadas de cristal en él y la orilla adornada del mismo delicado encaje del vestido.Había decidido usar el dije que él le había regalado casi un año atrás. Vicenzo, por su parte, decidió usar el reloj que su prometida le había dado.Sara no podía dejar de ver a Vicenzo de pies a cabeza, si antes le parecía guapo, ahora ante ella se ve exquisitamente apetecible con su traje azul de Prusia, chaleco gris a cuadros y corbata del mismo color azul. En el saco de
El vestido caía en cascada, con cada paso los holanes de organza se deslizaban con una armoniosa parsimonia sobre la falda de tafeta. La melodía lenta de la canción “Antes que al mío” de Los Claxons en el piano da la bienvenida a la entrada nupcial de Gaby tomada del brazo de don Leonardo López, quien desde que la conoció se ha convertido en el padre que nunca tuvo.El pequeño jardín iluminado con velas y flores rosas solo vuelve la imagen aún más tierna posible. Al fondo, un gran círculo de madera decorado con las mismas flores del lugar enmarca la silueta del hombre que tanto la ama. Lalo con su traje gris y corbata rosa pálido, la espera en el altar acompañado de sus padrinos que es nada más y nada menos que los hermanos Della Rovere.Gaby aparece a la vista de Eduardo en el corto pasillo, él siente que el corazón le late más rápido de lo normal. Sus ojos se llenan de lágrimas al verla, su cabello caía en ondas sobre el strapless de encaje del vestido. El velo iba tras el rastro de
En la segunda fila está Kim, quien ha venido a acompañar a Luca, saluda a Sara brevemente y le entrega la invitación de su despedida de soltera, que será en un mes para luego volver a su asiento. El maestro de ceremonias comienza con la conferencia haciendo un resumen sobre lo que acontecerá y cerrando con una frase de Bobby Unser.«El éxito es dónde la preparación y la oportunidad se encuentran» dijo el hombre antes de bajar del podio, invitando a Vicenzo a subir.—Hace exactamente cinco meses tuve un accidente, que muchos de ustedes supieron y que cambió mi vida —comienza diciendo, para sorpresa de muchos y para confirmación de otros, los periodistas estaban asombrados, el frenesí comenzó en sus notas periodísticas—. Fue en medio de la nada dónde una familia me encontró, los López —este señala al sitio donde están sentados los susodichos—. Ellos cuidaron de mí y me ayudaron a sanar. Pero no solo eso, fue en medio de toda la tragedia que probé por primera vez este elixir de las manos
El día acordado para la conferencia de prensa había llegado. Sara había acompañado toda la mañana a Gaby para la prueba de vestido y de damas. Mila irá de pajecita así también estaba con ellas para probarse un vestido. Luego de terminar se dirigieron al hotel donde sería la conferencia y presentación del proyecto que estaba programado justo a las once de la mañana.Por orden de la familia Della Rovere, cada familia mantenía de uno a dos guardaespaldas. Sospechaban que Carlota no está actuando sola, ya que la última semana ha hecho más desastre que antes.Cuando las chicas llegan al lugar ya todos están ahí. Lita había preparado una mezcla especial de su café para la degustación de los asistentes. Lo ocultaba bien, pero en realidad estaba muy nerviosa por la presentación; Leo y Patricia no se quedaban atrás, estaban ansiosos, ya que se encontraban rodeados de personas que no conocían y con un estatus social distinto, simplemente sentían que no encajaban.Por su parte, Anna, como toda u
Eran pasadas las ocho cuando Sara llegó junto a Gaby al Almacén del Bife en la Plaza Andares. Les había comentado a sus compañeras sobre el asunto de la boda y de que su cuñada es nueva en la ciudad. Al saber estas sobre su profesión y dado que andaban buscando una enfermera para el negocio, ofrecieron a la joven que la invitara, así la conocían.Sara ignoraba sobre que estaban buscando una enfermera para el centro e invito a Gaby sin saber que en el caso de ella era más bien una entrevista de trabajo.—¡Chicas, acá! —saluda Martha haciendo señas con la mano para llamar la atención de las jóvenes.En la mesa yacían, Martha, Chayito y una mujer de ojos grises y pelo rizado a quien Sara no conocía.—Buenas noches —saluda Sara al llegar—. Ella es Gaby, mi cuñada.—Mucho gusto, Gaby —se presenta esta y comienza a saludar a las presentes mientras ellas se van presentando.—Ella es mi esposa, Lorena —señala Martha a la mujer junto a ella—. Ella es Sara, la chica de la que te hablé.La joven
Luego de tres días de acampada, la escapada familiar había terminado. Tanto los López como los Della Rovere volvieron a la ciudad para descansar los días que les quedaban de vacaciones.Vicenzo, nada más llegar a casa de su madre, se preparaba para el interrogatorio que esta tenía para él. Sin embargo, se preparó invitando a su primo Luca para que le explicara el plan a proceder en contra de Carlota. Alessio, Stefano y Giovanni estaban con ellos. Este último aún avergonzado por haberla defendido en su momento.—Lo que se necesita es que atraigamos a Carlota —explica Luca con cautela, pues va a explicar el plan a todos—. Es claro que ella está vigilando cada paso de Vicenzo, aún me sorprende que no haya llegado de sorpresa a su pequeño escape.—Sara me dijo en varias ocasiones que sintió que le observaban —confiesa Vicenzo, pues también ha sentido lo mismo—. Estuvimos atentos y aunque no vimos nada, yo también me sentí igual.—Carlota nos lleva mucha delantera, no ha dejado ningún rast
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