Capítulo 3

Esto no puede ser posible. Ahora sé de donde la conozco, ella es Selene, la chica misteriosa de la cual todas tienen un fuerte crush en la escuela. Ella suele ser muy reservada y no habla con muchas personas, incluso repitió el año pasado y ahora mismo también está en cuarto año, pero jamás nos cruzamos más que algunas veces en el pasillo.

Sin mencionar que Lucrecia la detestaba.

—¿Cómo sabes mi nombre?

—Compartimos algunas clases, te vi en la biblioteca algunas veces —sonrió—. Y sin dudas me has dado el mejor beso de mi vida ¿Podemos repetirlo?

—Claro que no, no sabía que eras vos —me quejo.

—Quizás el destino lo quería así— guiñó un ojo coqueta

—Me equivoqué —froté mi rostro, frustrada—. Lo siento, tengo que volver a la fiesta y buscar a la correcta —murmuro más para mi

—¿Cómo dijiste que se llamaba la chica? —preguntó divertida, aún recostada sobre aquel árbol

—Lucrecia —murmuré

—¿Fonsi?

—Mhm —no estaba segura si decirle

—¿Hablas de la novia de mi mejor amiga? —olvidé el pequeño detalle de que es mejor amiga de Abigaíl, la ex novia de Lucrecia.

—Ya no están juntas —suspiré

—Milena —dijo con una ceja levantada—, quizás ellas no seas novias oficiales de nuevo, pero siguen juntas. 

—No te metas —sentencié de mala gana—. Ella me dijo que no lo estaban y yo debo irme...— comencé a caminar en dirección a la fiesta mientras sentía los pasos de Selene detrás de mi.

—Espera —ella se paró frente a mi y sostuvo mis hombros.

—¿Qué quieres?

—Porque cualquiera que te viera al menos dos segundos se daría cuánta lo borracha que estás, así que te ayudaré. Nadie quiere que termines teniendo un accidente. —asentí insegura y acepté el ofrecimiento de su mano simplemente porque todo a mi alrededor daba vueltas.

Al menos ella no es una completa idiota y a pesar de que le dije en su cara que estaba buscando a otra persona se ofreció a acompañarme. Es que ella es linda, no puedo negarlo, pero me sorprendí al notar que no era Lucrecia, por lo que me frustró.

La fiesta estaba a unos largos pasos, por lo que estuvimos algunos minutos intentando no pisar nada extraño. Aún no sabía como m****a había hecho para llegar allí sin golpearme con un palo en la cabeza. Incluso casi caí al suelo cuando una rama se me atravesó, pero unos brazos me detuvieron a tiempo.

Genial, ella me estaba sosteniendo ahora y podía oler su maravilloso y adictivo perfume. Esto tiene que ser una broma.

—¿Estás bien?

—Si, solo me hice mal el pie. —hago una mueca cuando muevo mi pie, pero al menos no lo doblé.

—¿Lo doblaste? ¿Te duele? Podés apoyarte —se refería a un árbol que había allí

—Estoy bien, solo fue por unos segundos —suspiro.

—No deberías alejarte tanto de todas maneras, me trajiste a un descampado —levanto la vista y la miro, ella está sonriendo de costado.

—También tenés cara de borracha —le regalo un sonrisa.

—Bueno, estamos en una fiesta, tomé un poco. Pero no creo estar tan borracha, solo tomé un vaso de cerveza.

—¿Nada más?

—Si. Esta es mi cara de sueño, no de borracha.

—Es linda de todas maneras— me sonrojo cuando digo eso en voz alta y bajo la mirada.

Ahora me encuentro coqueteando con alguien sin problemas, esta noche está siendo más inusual de lo que pensé. Ella no dijo nada molestarme, solo noté como sonrió cuando la miré de reojo, estaba siendo muy linda.

Me estoy dando cuenta de que ella me está interesando, me gusta su voz y también el color de sus ojos, pero supongo que es solo una breve atracción por alguien que besé. Es muy loco pensar que es la tercer persona que beso en toda mi vida, no se me da mucho la idea de besar a alguien porque si y menos en una fiesta, pero es algo que ocurrió y aunque haya sido una equivocación si me gustó.

Estoy incluso más perdida que antes.

Comencé a temblar cuando una brisa fresca atravesó mi piel y lo que menos me esperaba era que aquella chica lo notara.

—¿Tenes frío? —asentí tímidamente. 

Miro cuando veo que hace un movimiento y ella ahora está sacándose la camisa de militar, dejándome ver la otra remera negra que tiene abajo, ellas se ve linda. Sus tetas también.

Necesito ir a casa y dejar de tomar.

Abrió sus brazos para envolverme en ellos y cerré los ojos cuando sentí que su perfume me inundaba, olía demasiado bien. No sabía si era por mi estado de ebriedad o porque en serio esa chica estaba siendo demasiado linda conmigo.

Nos quedamos un momento así, estaba recuperando el calor de mi cuerpo y pasando un buen rato. Entonces mi cabeza comenzó a pensar en Lucrecia, en que ella debería estar acá, pero se perdió por algún lugar y ahora no tengo idea en qué me metí.

—¿Puedo darte un consejo? —asentí—. Ella no es para vos.

—¿Qué sabes? —la miré—. No la conoces y a mí tampoco.

—Te sorprendería saber cuánto la conozco —torció su boca—, y sobre vos, sé que tus chistes son malos —sonrió con gracia y fruncí el ceño.

—Eso es totalmente mentira.

—Entonces cuéntame un chiste...

—Está bien —suspiré—. Un chico le pidió el celular a una chica, pero jamás volvieron a hablar— reí pensando la respuesta— ¿Sabes porque?

—No lo sé —dijo divertida— ¿Porque?

—No hablaron porque la chica le dio su teléfono literalmente. No le dio su número sino que su... teléfono —comencé a reír a carcajada—¿Entendes? ¡Hasta le dio el cargador y todo!

Selene mordió su labio inferior y luego comenzó a reír al igual que yo. EL chiste era muy bueno, ella no podía negarlo ahora. ¡Hasta se está riendo!

—Eres una boba —dijo mirándome con una sonrisa

—Pero te reíste, eso quiere decir que no son tan malos —me quejo

—Bueno, quizás me dio un poco de risa, pero los que cuentas en las clases definitivamente no son buenos —dijo divertida

—Puede ser, debo mejorar un poco.

 Siendo sincera, nunca me imaginé a Selene de esta manera, ella aparentaba ser de esas chicas rudas que ni siquiera se molestaban en mirarte. Nunca tuve el tiempo de observarla, ni de conocerla, pero sabía algunas cosas a través de Lucrecia, ella hablaba muy mal de Selene

La había notado antes, pero nunca me detuve a mirarla. Selene era muy atractiva, su sonrisa me hacia sonreírle de vuelta sin siquiera pensarlo, sus ojos eran hipnotizantes y sus labios demasiado tentadores.

La primera vez que la vi fue mi crush instantáneo, pero el día en el que ella había golpeado a Lucrecia mi interés de esfumó. Era muy joven en ese entonces, apenas tenía trece o catorce, no lo recuerdo, pero estábamos en la escuela y la vi, incluso le comenté a Alex sobre lo linda que era esa chica, pero no pasó de ahí.

—¿Sigues pensando en ella? —preguntó mientras seguíamos el camino

—Mhm, algo así. ¿Lo siento?

—Ella es una idiota —dijo con un suspiro

—¿Porque?

—Eres preciosa, no entiendo cómo no se fijó en vos...

Agradecí que el lugar estaba oscuro, porque sino Selene se hubiera dado cuenta de que me había ruborizado. Ella me dijo que era preciosa, dios mío.

—No lo sé, no es como que quiera hablar mucho sobre eso. Nosotras tuvimos una situación extraña hace un rato.

—¿Qué situación?

—Creo que estaba celosa de que bailaba con un chico, pero no estoy segura.

—¿Nunca le dijiste a Lucrecia de que te gusta?

—No, ella no lo sabe. Pero creo que lo sospecha, a veces me mira raro.

Hago una mueca cuando veo que ella está bailando con ese chico todavía, al final me había confundido de chica y aún sigue con él. Selene se detuvo al ver que estábamos cerca, entonces la miré.

—¿Qué pasa? —pregunté

—¿Querías darle celos a Lucrecia? —preguntó al verla bailando

—¿Y qué tenés en mente? —alcé una ceja

—Quizás... estar un rato más conmigo....no sé ¿bailar? —asentí con una sonrisa

Ella sonrió de vuelta y tomó mi mano hasta que llegamos al patio trasero. Nos detuvimos cuando vimos como Lu comenzó a discutir con su ex novia. Esto no estaba siendo demasiado bueno, de un momento a otro las cosas se pusieron raras. Siento lo tensa que Selene se siente en este momento y hago una mueca, sé que la chica de allí es su mejor amiga y a mi no me gustaría ver a Alex en esa situación.

—¿Porqué no me sorprende? — dijo Selene sarcásticamente —¿Porqué no nos sentamos un minuto?

Ella se sentó en una de las bancas y me miró para confirmar si es lo que quería. Le sonreí y me senté en su regazo mientras aún miraba la escena. Me siento bien con ella, de lo contrario no lo haría, ni siquiera para que Lucrecia me mirara.

—Veo que te cuesta mentir —bromeó

—Bueno tampoco eres tan fea...

—Quizás deberías besarme —levanté una ceja y ella sonrió —. Solo opino, ella nos está mirando.

No le di tanta importancia a lo último que decía, me había quedado mirando su rostro. Ella sonrió con burla y me incliné para besarla. Sus manos se acomodaron en mi cadera y un suspiro salió de mis labios.

Sentí como sus dientes tomaban mi labio inferior y me perdí en aquel beso, dejé que su lengua entrara, me encantaba como sus labios se entendían perfectamente con los míos.

Bendito alcohol y ese gusto de dejar que la vergüenza se vaya.

Quizás no había salido todo como planeé, pero la estoy pasando bien de todos modos y eso es lo importante. Selene me cae bien, es hermosa y es atenta, no puedo pedir otra cosa justo ahora.

—¿Milena? —la voz de Lucrecia hizo que rompiéramos el beso.

La magia se rompió por un instante y dirigí la mirada hacia mi amiga. Ella estaba con los brazos cruzados y el ceño fruncido, sabía lo molesta que se encontraba en este momento.

No entiendo como pasó de bailar con el chico, a discutir con su ex novia y después venir hacia a mi, pero allí estaba. Se veía enojada y no tengo idea de porqué, ella estuvo toda la noche con ese chico y nadie le reclamó nada.

—Uhu, hola —intenté sonreír

—Será mejor que nos vayamos —su mirada se fue hacia Selene y estaba segura de que si sus pupilas pudieran disparar, ella estaría completamente muerta.

—Mhm, estoy bien...

—Milena, no fue una pregunta, te volvés al pueblo conmigo.

—Eso es algo que debería elegir ella y no que estés exigiendo —la voz de Selene me sorprendió, pero ahora Lucrecia la estaba matando con la mirada.

—No te metas en nuestro asunto y cállate —gruño

—Creo que deberías... —intento decir

—No sé que haces con ella en primer lugar, creí que eras más inteligente que esto. —ahora me está mirando a mi—. Vámonos, suficiente tengo con tener paciencia para hablarte, Milena. No, no es tiempo de que estés haciéndote la rebelde, vámonos.

Esto se volvió más intenso de lo que alguna vez imaginé. No sé porqué ella me está hablando tan mal, yo no tengo la culpa de que Abigail haya aparecido de todas formas. Lucrecia jamás me  había tratado mal ni me había mirado de esa manera.

No quiero exagerar, pero tengo ganas de llorar ahora mismo. Esto ni siquiera es justo, la había pasado bien hasta que ella llegó con su mal humor y tampoco sé porqué m****a quiere que me vaya con ella ahora. Se supone que estaba ocupada en sus asuntos y hasta tiene el coraje de tomarme de la mano.

¿Qué se supone que debía hacer? ¿Tengo que irme con ella?

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