Capitulo :Dos Caminos, Una Noche
El sábado por la noche, Verónica se ajustó el delantal detrás de la barra y suspiró. Era su última noche de la semana en el bar, y aunque estaba acostumbrada al ajetreo, aquel día sentía un peso en los hombros que no podía explicar.
Había algo en la atmósfera de la ciudad que parecía diferente, como si algo estuviera a punto de cambiar.
Y entonces, lo vio entrar.
Emanuel cruzó la puerta del bar con la tranquilidad de quien pertenece a cualquier lugar, aunque todo en su porte serio y elegante desentonaba con el ambiente ruidoso y animado del lugar.
Verónica frunció el ceño, sorprendida.
—¿Qué haces aquí? —preguntó mientras terminaba de registrar un pago en la caja.
Emanuel se encogió de hombros, como si su presencia no tuviera mayor importancia.
—Me alegra que hayas venido —dijo Verónica, esbozando una sonrisa.
—No te preocupes —respondió él, mirándola fijamente—. Voy a quedarme hasta que salgas.
Verónica se quedó en silencio unos segundos. Hab