Capitulo Heridas, miedos y perdón
La mañana llegó antes de lo esperado, con un aire fresco que rozaba las calles de Alicante. Joselín se había despedido de Stephen al amanecer, sentados aún en la arena, con la promesa de que él la buscaría más tarde, después de cumplir con su turno en el hospital.
No fue fácil dejarlo, pero era necesario.
Ambos sabían que había asuntos que Joselín debía resolver antes de pensar en un futuro juntos.
Mientras caminaba de regreso, la brisa marina le secaba las lágrimas que no terminaban de desaparecer. Sabía que estaba haciendo lo correcto, pero el peso en su pecho no era menor.
No estaba sola. Aunque no lo supo hasta que dobló por la segunda calle, Valentino la seguía, como tantas otras veces en su infancia, cuando ella huía sin rumbo y él, pacientemente, la cuidaba desde lejos.
Cuando vio que su sobrina estaba bien y que sus pasos la llevaban de vuelta a casa, respiró tranquilo y regresó al hogar que compartía con Clara.
Joselín llegó a la casa y, ap