Capítulo El Amor No Se Va
Mateo no vio que Paula recogía los pedazos de la carta. Ni siquiera imaginó que los conservaría. Apenas ella bajó del auto y arrojó aquel sobre hecho trizas al suelo, él sintió que algo dentro suyo se rompía también. No se detuvo. Aceleró el auto y salió disparado rumbo a su casa, con las manos temblando sobre el volante, la garganta cerrada y el corazón palpitando con una mezcla de rabia, impotencia y desilusión.
Se encerró en su cuarto, sin decir palabra. Desde su cama, con las persianas cerradas, el mundo parecía más oscuro de lo que realmente era. Se sentó frente a la computadora y sin pensarlo dos veces, reservó un boleto de avión. A las diez de la mañana del día siguiente debía estar en el aeropuerto. El vuelo rumbo a España salía al mediodía.
El zumbido de su celular vibrando sobre la mesa no lo distrajo. No respondió mensajes, no atendió llamados. Solo salió de la habitación cuando escuchó las voces de su familia abajo, en el living. Abrió la puerta,