ROSARIO GARCÍA
Tenía mucho que procesar después de lo que hablé con quién consideré por años mi amiga, mi confidente.
¿Me dolía su traición? Demasiado
Me dolía la traición de los dos irremediablemente. No puedo ni pensar en que diga que Ricardo amándome me había engañado, pero luego yo fui acusada de infidelidad. Vaya cinismo el de los dos.
Quise sentirme mejor y contenida. No podía simplemente ir a casa de mis padres y decirles lo que descubrí, pero si podía ir al lugar donde no me sentiría juzgada. La casa de Daniel.
Allí lo ví tan sereno como siempre, calmado. Su tranquilidad me producía envidia. Esa manera de ser imperturbable dónde cada problema parecía tener solución.
Daniel sonrió al ver a Christian. Su sola presencia iluminaba su mirada, pero yo no podía ser capaz de sentir calma.
-Quería hablar contigo. No sabía dónde ir, ¿Me abrazas por favor?
Daniel no tardó en estrecharme en sus brazos sin hacer preguntas y eso lo agradecí porque no quería responder