Capítulo 195
Ana cruzó la mirada con él.

¿Emanuel?

Parecía ser el hermano de Tadeo.

Viviana, como si hubiera encontrado un salvavidas, miró a Emanuel con ojos llenos de esperanza.

—Oficial, tiene que encontrar a mi hijo, se lo ruego...

Al pronunciar estas últimas palabras, sus rodillas se doblaron y cayó al suelo.

Emanuel y Ana, simultáneamente, uno a cada lado, la sujetaron por los brazos y la ayudaron a levantarse.

—Señora, haremos todo lo posible por encontrar a su hijo. Ahora tengo una pregunta que hacerle.

Emanuel retiró su mano, con expresión seria. Ricardo, que había permanecido a un lado, se acercó en ese momento.

—¿Qué pregunta?

—¿Usted, su esposo o algún familiar han ofendido a alguien recientemente?

La pregunta de Emanuel era crucial.

Antes de venir, ya había ordenado que le enviaran una copia de las grabaciones de seguridad del centro comercial a su teléfono.

Si fuera un extraño, Santiago no habría corrido hacia él con una sonrisa.

Por lo tanto, lo más probable es que el criminal fuera
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