Ambos intercambiaron sus datos de contacto.
El hermano de dieciocho años era muy entusiasta.
Cada día encontraba diversos pretextos para charlar con ella, especialmente después de enterarse que conocía a Gabriel, su lado chismoso no podía contenerse.
[Tadeo: Guapa, ¿cómo conociste a Gabriel?]
[Tadeo: Vamos, guapa, cuéntame... ¡conozco un pequeño secreto sobre Gabriel!]
[Tadeo: ¡Te garantizo que es información bomba!]
¿Un secreto de Gabriel?
Sin duda, el anzuelo que lanzó Tadeo logró que Ana picara.
Su conocimiento sobre Gabriel era muy limitado, y en internet no podía encontrar ninguna información relacionada.
[Tampoco conozco muy bien al señor Urquiza. Nos vimos por primera vez cuando fui al extranjero como estudiante de intercambio.]
Ana no mentía.
Recostada, escribía con la cabeza agachada.
[Tu turno. ¿Cuál es su pequeño secreto?]
[Tadeo: Gabriel cumplirá treinta pronto y nunca ha tenido novia, ¿sabes por qué?]
[¿Le gustan los hombres?]
Al enviar esto, Tadeo saltó asustado de la cam