Nora
Ares y su hermano, llegaron a la clínica cerca de las cuatro de la tarde, y me convencieron de irme a casa a descansar, mientras ellos se quedaban con León. A él la idea le pareció fabulosa porque estaba más que encantado con toda la atención que Eros le brindaba.
Le había llevado rompecabezas, blocks de dibujo y cientos de colores, en una enorme caja de metal.
Ares, decía que su hermano no estaba muy de acuerdo con el matrimonio. Aunque, no lo demostraba en absoluto, frente a nosotros. Se comportaba encantador, para ser honesta parecía encantado con la idea.
También era un seductor nato como su hermano, pero además, era sumamente agradable y me había dado una primera impresión fantástica. A diferencia de Ares, que siempre estaba con el ceño fruncido y la guardia alta.
Cuando doblé para tomar el camino que me llevaba a la casona, tuve la vista completa de la entrada y vi a Erin desde lejos.
Se encontraba sentado en el capot de su Chevrolet Trax, con los brazos cruzados sobr