—George Owen—
Había decidido salir a tomar un café con Nathan, el pobre chico había recibido la mayor desilución amorosa de su vida y como su buen amigo creía que era mejor sacarlo del lugar, pero cuando estábamos saliendo por el vestibulo nos encontramos con mis grandes amigos, Adam y Stuart, y por la cara de Adam, otra cosa que no es buena se avecina.
—Y ¿de qué quieres hablar con nosotros?
—De Ana Malory—ese nombre sale de su boca y es como si una bomba hubiese explotado.
—¿Mi hermana?
—Adam, creo que de eso podemos hablar nosotros. Nathan no tiene por qué estar en esta conversación.
—¿A NO?
—¿NO?
—¡NO!
—Amigo ¿ qué nos escondes?
—Nada amigo, ya para qué. Llévanos al maldito caféJack, después de que hablemos me entenderan.
Y ahora ¿ qué mierda hago? he callado esta mentira por casi seis años, siento que todo el dolor y mal que he causado con mis desiciones no ha servido de nada. Ahora, veo a Nathan y mi conciencia me dicta que ya es momento de decir la verdad. Llegamos al café y lo