Capítulo 92. La urgencia de la boda.
Días después, como un relámpago en plena tormenta, Charlotte irrumpió en el palacio de Amalienborg, decidida a acelerar la boda de Oliver con Elizabeth. Sabía que se agotaba el tiempo y que la unión entre Oliver y Blair se volvía cada vez más indestructible, como una roca infranqueable.
—Elizabeth, me alegra mucho que estemos aquí juntas. No puedo esperar a que todo se resuelva y Oliver y tú se casen por fin. ¡Es el momento perfecto para unir nuestras familias!
Elizabeth sonrió, pero mostró un ligero tono de preocupación y respondió:
—Sí, condesa, es emocionante. Pero la verdad es que últimamente no me siento muy bien. No sé si debería mencionarlo.
Charlotte, sin ser consciente de la gravedad, respondió:
—Oh, no te preocupes por eso. Estoy segura de que es solo un pequeño malestar. Lo importante es que te prepares para la boda. ¡No podemos permitir que nada se interponga en nuestros planes!
—Así es. Solo necesito un momento para descansar. Me siento un poco mareada. Creo que voy a sub