Capítulo 86. Absurdo compromiso.
Blair se sentía atrapada entre el desconcierto y la ansiedad mientras se dirigía al palacio de Amalienborg. El lujoso espacio habilitado para atender a Elizabeth era un recordatorio constante de la magnitud de la oportunidad que se le presentaba, así como de la presión que esta suponía. A su lado, el asistente del príncipe y el diseñador que la había acompañado en la semana de la moda conversaban animadamente, pero su mente estaba en otro lugar, luchando contra la culpa que la invadía por haber aceptado tan absurdo compromiso. Cada paso que daba hacia el palacio era un eco de su decisión, y aunque su corazón latía con la promesa de un futuro brillante, una sombra de duda se cernía sobre ella: ¿valdría la pena sacrificar su amor por un capricho? La opulencia del lugar no podía ahogar el murmullo de su conciencia, que le recordaba que, a veces, las elecciones más difíciles son las que definen quiénes somos realmente.
Al llegar al palacio, Elizabeth vio desde lo alto de la escalera a Bla