Las puertas se abren y caminamos por el pasillo del hospital, recibiendo miradas extrañas de las enfermeras que hacen que mis cejas se fruncan en confusión. Entonces estamos en la puerta de Kamila. Puedo escucharla a ella y a Laury riéndose dentro de la habitación mientras abro la puerta.
—He traído nuestro sacrificio masculino—, anuncio mientras entramos.
—Wow. Qué introducción.— Law se ríe.
Kamila está hoy en su silla, fuera de la cama. Laury se sienta a su lado en una silla más pequeña que probablemente trajo una de las enfermeras.
—Por fin conozco al hombre que ha hecho sonreír a mi hermana durante semanas—, dice Kamila.
—¿Ah, de verdad?— Law me sonríe.
Pongo los ojos en blanco. —Esta es mi hermana, Kamila, y nuestra mejor amiga, Laury. Este es mi... hombre, Lawson—.
—¡Mi hombre!— -exclama Laury-. —Eso es lo que me gusta escuchar—. Ella se acerca para estrecharle la mano. —Nosotros somos los que vendremos a romperte las piernas si lastimas a Sarah en lo más mínimo—.
Me río nervios