Capítulo 72. Prueba de paternidad
Había llegado el día en que Alexia se mudaría a la mansión de los Oliveros, y el ambiente en la casa era de total alboroto, ya que todos estaban sorprendidos al ver como don Francisco, personalmente, había escogido la habitación y se había encargado de cada detalle en la decoración. Era evidente que la persona que llegaría era muy importante para él.
Hasta ese momento, nadie sabía quién era el misterioso invitado que se quedaría a vivir en la mansión, dado que don Francisco no había querido revelar nada al respecto.
Lo único que había dicho, con tono firme, era que esa persona debía ser tratada como un miembro más de la familia, y que, si alguien se atrevía a tratarla mal, tendría que enfrentarse a su furia.
Tanto los empleados como los integrantes de la familia no dejaban de especular sobre quién sería la persona que vendría a vivir con ellos indefinidamente. Pero aquella incógnita no duró mucho, ya que desde la portería llamaron anunciando que la invitada especial del señor acababa