Axel, sin pensarlo, le tomó las manos a su hermana y, mirándola fijamente, le dijo:

—Tú, mejor que nadie, conoces los alcances de Olivia, y por nada en este mundo voy a aceptar estar emparentado con una mujer así.

Hizo una pausa y continuó diciendo:

—No solo fue lo que te hizo a ti, sino también está que fue capaz de matar a su propio abuelo, el hombre que la crio como a una verdadera nieta. ¿Ya imaginas de lo que sería capaz si le permito entrar en nuestra casa?

Su voz se endureció aún más cuando dijo:

—Por eso prefiero vivir mi vida sin Lucía y estar tranquilo, que tenerla cerca y vivir con el miedo de que en cualquier momento pueda hacerle daño a alguien de nuestra familia.

Eso es verdad, pero no creo que sea capaz de hacerle algo a su propia familia. Me imagino que cuando mató a don Francisco no lo pensó muy bien, dijo Luciana.

Axel, al ver cómo su hermana intentaba justificar los actos malvados de Olivia, la frenó de inmediato, pues sabía que lo hacía para evitar que él odiara t