No hay dudas, soy idiota.
¿Cómo diablos es posible no controlarme a esta edad? Mefaltó muy poco no tomarla ese día en su consulta, muy pocoy si no hubiera sido por la llamada de Linc lo habría hecho.Ella necesitaba suavidad, paciencia y era justo lo que mefallaba cuando la tenía en mis brazos.¡Dios! Y si es ella la que me besa me toma toda la fuerzadel mundo controlarme. Tenía que conseguirlo sin importarlo duro que era, ella se lo merecía. Confía en mí y no voy adefraudarla.Y aquí estoy de nuevo haciendo lo que prometí no hacer,pero lo haré por Sam. Aunque ella romperá mi corazón porlo menos la ayudaré en encontrar su fuerza, en confiar denuevo en los hombres.El otro día en la comisaría pasé media hora mirandofijamente su expediente, debatiendo si leer o no. Al final nolo hice, no quería romper su confianza y sabía que llegado elmomento no podré mirarla a la cara y mentir.Era