Merida Vicenzo es una joven fotógrafa timida y solitaria, viaja a Corea del Sur huyendo de Los Angeles, esperando encontrar su lugar en el mundo. Lee Joon es el Idolo del momento, el actor Surcoreano más codiciado, sexy, egocentrico, multimillonario, la estrella inalcanzable con las que todas las chicas sueñan. El destino de ambos se cruzara aparatosamente, cuando el pase de Merida para permanecer en el país sea solo una fotografía del escurridizo y misterioso actor. Crees en la reencarnación? Será cierto que las almas que nacieron para estar juntos, estan destinadas a encontrarse?
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_ Merida sabía que esa era su última oportunidad para demostrarle al editor en jefe de la revista Vanity del Gerald, Billy Ferguson, que podía con el trabajo, solo debía seguir esperando, él en algún momento tendría que salir de su refugió.
Encaramada en un saliente rocoso, a unos setenta metros de altura sobre aquel bosque espeso y cautivante, había estado esperando Merida demasiado tiempo sin moverse en aquel sitio frío y apartado, ya no sentía las piernas, no quería realizar ningún tipo de movimiento para no arriesgarse a que la descubrieran, sentía hambre, se encontraba sedienta, el clima frío la hacía sentirse débil, pero se prometió a si misma esperar solo treinta minutos más y si él no salía, escalaria nuevamente para salir de ese lugar tan peligroso, tal vez renunciaría antes de que la despidieran.
El sol se estaba poniendo rápidamente lo que la ponía aún más nerviosa, ya que si oscurecía su oportunidad de tomar una buena foto se iría a la basura así como su carrera recién comenzada en la fotografía. No había pasado estudiando cinco años en la universidad para acabar persiguiendo famosos y en sus ya de por sí, ostentosas vidas rodeadas de lujos y aduladores egocéntricos, le parecía grotesco invadir de ese modo la privacidad de las personas, pero el editor le había dejado claro que sí no le conseguía una buena foto para su artículo de primera plana, la despediría del trabajo, retirarían la beca para la especialización en Busan, Corea del Sur, y la enviarían de regreso a Estados Unidos donde terminaría haciendo fotografías de segunda por unos cuantos dólares.
Así que; esa fue su resolución para en la mañana tomar su cámara y adentrarme a ese recóndito lugar en los bosques a las afueras de Busan, donde el actor Surcoreano del momento Lee Joon Gho, se encontraba, tardo horas en subir hasta aquel lugar, para luego descender hasta el borde rocoso en el que; en ese momento se encontraba, le había parecido antes más seguro, visto desde la cumbre, y se había ilusionado imaginando que desde allí alcanzaría a divisar el amplio jardín que se hallaba detrás de la propiedad de Lee Joon, en la cual a unos pocos metros corría un riachuelo hermoso. Pero Merida se había equivocado ya que solo un pequeño espacio del jardín podía observar. Así que permaneció en el lugar con la esperanza de que su objetivo saliera en algún momento a caminar o a tomar aire fresco.
Y al cabo de diez minutos y como si sus oraciones hubieran sido escuchadas, el hombre al que Merida esperaba salió de la casa y se detuvo justo de frente a ella, así que sin esperar más pulso el disparador de su cámara cuando su objetivo se pasaba la mano por el cabello oscuro y brillante, cerrando los ojos y levantando la cara para que la acariciara el templado viento, se encontraba relajado, en su hermoso refugio, rodeado por esa majestuosa naturaleza. Merida de momento se sintió perversa y ruin, estar así observándolo, invadiendo su momento de paz y tranquilidad, pero fue la única forma de poder fotografiarlo, ya que era una persona muy celosa de su privacidad y no permitía que nadie invadiera su espacio personal, de hecho había escuchado que aquellas personas que habían sido descubiertas haciéndolo, lo habían pagado caro, así que tomaría unas cuantas fotos más y se alejaría de ese sitio cuanto antes, además; ella no estaba allanando ninguna propiedad, ese espacio del bosque donde se encontraba era un lugar público, en general podía estar ahí, incursionar en la naturaleza y tomar fotos de la fauna silvestres. Aunque su presa fuera aquel joven tan enigmático y no ninguna especie en peligro de extensión del parque, ajusto el zoom de la cámara enfocando el cuerpo del chico, tenía una figura perfecta, se frotaba las manos como si tuviera frío, el volvió un poco la cara en la dirección donde se encontraba Merida y ella estuvo a punto de saltar de sorpresa al ver su rostro tan cerca gracias a la tecnología con la que contaba su equipo profesional, casi podía tocarlo, la boca se le seco y tuvo que pasarse la lengua por los labios para humedecerlos. Era un hombre realmente guapo, aunque su mirada ahora reflejaba una profunda tristeza y soledad, Merida pensó que ya era suficiente, se movió un poco y con el movimiento de su pie hizo que una lluvia de piedritas cayeran al fondo del risco, presa del pánico, se pegó a la pared rocosa, pero no sucedió nada, así que se atrevió a asomarse. Él seguía relajado viendo hacia la espesura del bosque que flaqueaba la propiedad.
Lee Joon Gho, había irrumpido en el mundo de la actuación con ímpetu, era la figura juvenil del momento, aparecía en los más prestigiosos programas de Corea del Sur y había protagonizado exitosas series televisivas, pero no dejaba que lo fotografiaran fuera de los estudios de grabación y había dejado muy claro que su vida privada se mantendría así. Según Billy su editor jefe, solo se trababa de un niño mimado, egocéntrico y adinerado a quien la fama le había sonreído, pero con una fotografía actual de su vida fuera de las pantallas podría hacer un buen artículo, lleno de especulaciones y sin hechos reales que mantuviera a sus seguidores entretenidos, este chico era un blanco ideal para las revistas del corazón que vendían escándalos y sucesos de famosos. Los últimos artículos que se escribieron sobre él fue hace casi cinco meses, en una gala rodeado de chicas occidentales hermosas, después de ahí solo desapareció, nadie sabía nada de él y sus millones de fanáticos lo extrañaban al extremo, que si alguien publicará alguna fotografía suya o aparecía en algún artículo, ese ejemplar se vendería como pan caliente y precisamente ella tenía ese tesoro tan valioso justo en ese momento en sus manos.
Merida tomo la memoria de su cámara mientras pensaba lo que sucedería con esas fotografías, por un momento sintió lástima por el chico, ligeramente asqueada por lo que había hecho, quería deshacerse de ese chic de memoria, odiaba tener que participar en esa clase de artículos. Bajo la mirada a la tarjeta que aun seguía en su mano y, antes de cometer una estupidez, la guardo en uno de los bolsillos de su chaqueta, se recordó a si misma que tenía que pagar sus cuentas y mantener su trabajo en Corea, metió otra tarjeta de memoria a la cámara y tomo algunas fotografías del paisaje, ya estaba en ese hermoso lugar no iba a dejar pasar la oportunidad de hacer lo que realmente le gustaba fotografiar la naturaleza.
Una vez que el sol termino de ocultarse y su preciada luz se fue, recogió sus cosas, pero se encontró con una inesperada dificultad, después de haber estado esperando tanto tiempo inmóvil durante horas, en aquella saliente rocosa, sin poder estirar sus miembros inferiores, se encontraba débil y entumecida. Se vio obligada a ponerse en movimiento debido a que ya oscurecía y no quería perderse en aquel espeso bosque, si hubiera sido peligroso llegar hasta ahí nunca se habría arriesgado a hacerlo por unas estúpidas fotos, así que comenzó a subir apretando los dientes por la punzada de dolor que sentía en los brazos y piernas, mientras maldecía a Billy por ponerla en esa posición, estaba desesperada por alcanzar la cumbre, aquellos diez metros que había bajado en la mañana le parecían ahora cien metros, mientras se arañaba la piel con las rocas. Al bajar todo le había parecido sencillo, sin peligros pero ahora se sentía cansada y su cuerpo le pesaba, el pánico la obligó a mirar hacia abajo y estuvo a punto de perder el equilibrio cerró los ojos para superar el mareo, y por primera vez sintió terror, pero permaneció aferrada a la roca, preguntándose cuánto tiempo podría permanecer allí antes de que sus manos resbaladizas por el sudor y la extrema debilidad de las piernas la obligarán a soltarse, y cayera al vacío. La imagen de ese momento la hizo desfallecer y comenzó a sollozar, sabía que no podría subir y pensar en que su cuerpo lo encontrarían pudriéndose, o quizás se lo comería algún animal hambriento la ponía aún más nerviosa. Nadie sabía que se encontraba en aquel lugar, el coche que tenía era rentado, solo tenía veintidós años, aún no conocía la torre Eiffel, no había tenido sexo con nadie, acaso moriría virgen.
Busan; Corea del Sur. Tiempo actual. Llegue finalmente a Corea del Sur, fue un viaje largo y agotador, él me estaba esperando con una gran pancarta de bienvenida en la cual se leía mi nombre escrito con rotulador negro, a mi pareció que fue algo muy exagerado, aunque era muy lógico dada las circunstancias, ya sabía que vendría; apenas encontré su número telefónico en la nota no dude en contactar con él, no hubo necesidad de explicarle nada, aunque había pasado mucho tiempo. Él se había encargado de comenzar una investigación por su cuenta, Billy Ferguson me esperaba, su cara se me hizo vagamente familiar sin embargo, sólo se limitó a abrazarme, las palabras en ese momento no fueron necesarias, lo cual agradecí internamente, me dijo que tendríamos que apresuramos a salir del aeropuerto, no quería que nadie se fijará demasiado en mí. Nos dirigimos hasta su departamento ubicado en el centro de Busan, insistió en que debía quedarme con él, no iba a ponerme en peligro, me dijo que por ah
Cuando pasaba por mi peor momento, pude conocerlo, quien iba a imaginar que la vida me daría la oportunidad de quererlo.Lo vi acercándose a mí, di un paso atrás para mantener la distancia entre nosotros, no sé si pueda controlarme, mi corazón late con fuerza, como puede descontrolarme con tan solo sus lindas palabras. Soy una idiota! esto es solo una ilusión, lo vi coqueteando con esa chica en la cafetería, delante de mí, justo después de que hiciéramos el amor en su coche._ A que le tienes miedo?_ me preguntó con una sonrisa maliciosa en los labios.Mi respiración es un caos, demonios! como puede causar tantas sensaciones en mi, sin ponerme aún un solo dedo encima._ No es que le tema a algo, es solo qué, no estaba preparada para escucharte decir que me querías _ le dije mirándolo directamente a los ojos.Miró sus labios, se ven tan deliciosos, no puedo concentrarme al imaginarme lo bien que besa._ Y yo no estaba preparado para admitirlo aún, al menos no; de esta de manera _ me di
El sobre de papel blanco, que venía dentro, era una carta, en ella se podía leer lo siguiente:"Querida Merida espero que cuando esta carta llegue a tus manos, te pongas en contacto conmigo inmediatamente.No sé que conllevó a que tú y Zoe huyeran prácticamente de Busan, dejando todo tirado e incluso decepcionando la confianza que yo puse en ambas, y aunque sospecho que pudo ser me gustaría escucharlo de tu boca, he intentado de contactar a Zoe sin éxito alguno espero contigo tenga más suerte. Por favor ponte en contacto conmigo cuanto antes necesito saber qué estás bien. Lee Joon ha venido muchas veces a preguntar por ti, el pobre chico tuvo un accidente tratando de ubicarte y casi muere, ha sufrido mucho por tu partida, cree que tú lo abandonaste y te fuiste con otro hombre. Todo aquí está muy extraño y confuso. Por favor aparece pronto.P.D: Tengo tú cámara fotográfica en mi poder, es un equipo muy costoso y dudo que hayas querido dejarlo aquí propósitos.Billy Ferguson._ Lee Joon
_ Señor Akakios _ dijo él médico _ La señorita Vicenzo pregunta por usted.Apolo se levantó rápidamente de la silla donde se encontraba en la sala de espera del hospital._ Cuando reaccionó doctor? Esta bien? Cuando podemos irnos? _ comenzó él desesperado._ Calma señor Akakios _ dijo él doctor haciéndole un gesto con la mano para que se tranquilizara _ La señorita está bien, está muy lúcida, lo que es buena señal, su mente estaba procesando todo la información que le había llegado precipitadamente y necesitaba un descanso. Comprende? Como si de una computadora se tratase necesitaba desconectarse para poder actualizarse. Nosé si me explico?_ Si doctor entiendo! ahora puedo verla? _ dijo él ignorando las palabras del doctor.Él médico asintió y Apolo salió como un torbellino hacia la habitación donde se encontraba Merida, apenas abrió la puerta, se encontró con los preciosos ojos violetas de la chica, y él se sintió aliviado al verla consciente nuevamente y sin pensarlo sin dirigió a
Para Merida Vicenzo "Urgente"Merida depósito el sobre en la cama y guardo la carpeta con los otros documentos que le había dado el abogado Kendall, se dirigió al baño para tomar una ducha, recordó la forma en la que Apolo le había hecho el amor y lo bien que se había sentido entre sus brazos, mientras el agua caía por su cuerpo, imaginaba las manos de aquel hombre con mirada azul sobre su cuerpo, pero luego la magia que hubo entre ellos paso de ser blanca a negra de un momento a otro. Como podia Apolo pensar que ella estuviera fingiendo su estado, y hasta llegar a sospechar de ella.Seguramente en estos momentos estaría pensando lo peor de ella, y yo como una tonta aún añorando su cuerpo y sus caricias. Pensó Merida furiosa y restregó su cuerpo como si quisiera borrar lo acontecido con Apolo.Ingreso a la habitación y termino de arreglarse se puso unos jeans y una camisa blanca que se le ceñía al cuerpo, no tenía intención de salir así que decidió quedarse descalza, permanecería el r
Merida:Llegamos al Restaurante del pueblo donde se suponía que nos íbamos a encontrar con el abogado que estaba interesado en contactar conmigo, Apolo no decía nada desde que hicimos el amor en su coche, para mí fue algo realmente liberador. Él me hace sentir viva de nuevo y que de pronto toda la mierda de mi pasado deje de importarme. Pero en el momento en que nuestros cuerpos fueron sancionados vi en sus ojos el arrepentimiento, sé que me tiene en su mente como su responsabilidad pero estoy igual de segura que me desea tanto como yo lo deseo a él. Y no me importa cuantas veces se arrepienta de estar conmigo, solo necesito seguir en sus brazos para no sentirme pérdida.Apolo se dirige hasta una mesa y nos sentamos frente a frente, una chica muy bonita con el cabello negro lo saluda, batiendo las pestañas de forma exagerada casi cómica para llamar su atención, pero él no se la presta, sigue mirando el menú, y luego se lo devuelve sin ni siquiera dedicarle una mirada._ Hola Apolo_ di
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