Aaron me miraba muy sorprendido por mis preguntas, me sujeto con sus manos mis hombros tumbandome en su escritorio, dándome cuenta de que mi esposo tenía sus mandíbulas tensas
—- Suéltame, me estas haciendo daño Aaron — le suplique
— Me duele Rebeca, me duele que piensess que soy un puto mujeriego, yo tamien se lo que es el amor — me grito con rabia mientras yo lo miraba con preocupacion por si a mi o a nuestro hijo nos hacia daño
Aaron me soltó, apartándose de mí, acercándose al centro de su despacho suspirando con resignación, mientras negaba con la cabeza
— Rebeca, te puedo jurar que nunca he hecho un contrato a ninguna mujer como tenemos tu y yo, y te puedo asegurar que tampoco o mejor dicho nunca, he estado con ninguna mujer si no he sentido nada por ella — me dijo mientras se pasaba la mano por su pelo
Quise decirle algo a mi esposo, pero estaba tan confundida que no pude pronunciar ninguna palabra
— Solo contigo, he empezado a sentir algo nuevo, algo que nunca había experimenta