Me quedé mirando a mi esposa, viendo en sus dulces labios una especie de risita, maravillándome por aquel dulce y angelical sonido, teniendo que reirme yo tambien ya que la risa de mi esposa era un poco contagiosa
— Creo que a todos los que te conocen, les cuesta hacerse a la idea de que Aaron Taylor se ha casado — le dije mientras miraba los preciosos ojos de mi esposo.
Mi marido se quedo mirandome, pero no exactamente a mi si no a mis labios,
— Quiero besarte y borrarte tus pintalabios con mi lengua, hasta que te falte el aliento — me dijo haciendo que me sonrojara aun mas — ¿que te apetece para comer? — me dijo
— Pide lo que más te apetezca, sabes que me gusta toda la comida de este restaurante — respondí
Aaron alzó una ceja ante mi respuesta, mientras la comisura de sus labios la torció en un gesto de burla, fulminando yo con mi mirada a mi esposo, dándose cuenta mi marido que me estaba empezando a enfadar con él
— Tu eres un imbécil, ¿lo sabías? — le dije
Aaron suspiro con en