Después de aquella pequeña advertencia Axel y Geraldine se habían retirado al ala que les corresponde y Sofia se había quedado con Naven.
— ¿ Quieres que te de ayuda en algo más? — Pregunta con cuidado la pequeña mujer, sabe que Naven era alguien muy difícil de tratar.
— No, por el momento es todo, gracias por cuidar de mi — Sofia lo mira fijamente, entonces dice algo más.
— No importa en que circunstancias nos hemos casado, pero esto es lo que hacen los esposos.
— ¿Nunca te hubieras casado conmigo si nos hubiéramos conocido en otras circunstancias? — La pregunta realizada por Naven claramente había tomado por sorpresa a Sofia, pero su respuesta fue contundente.
— No, porque pertenecemos a mundos totalmente opuestos.
— Bien, puedes retirarte — la respuesta de Naven ya se escuchaba llena de frialdad y Sofia siente como su piel se eriza, pero no lo discute y abandona el despacho de su esposo.
La puerta de la habitación se cerró con un suave clic detrás de ella. Sofia apoyó la esp