Nuevos pasos por descubrir, confrontaciones, pasiones y sentencias que el destino debía dar a este juego descarriado por la codicia, avaricia y deseo por el poder que parecía un eco en un abismo que nadie se pertenecía a sí mismo.
Caleb tomó posición de su nuevo empleado un solo objetivo: Que la empresa generara el doble de ganancias en apenas seis meses. Era un objetivo complicado en un panorama donde el amor de una mujer era mas valioso que el mismo poder y dinero en una ciudad que no mostraba piedad para aquellos que se atrevieran a vivir en sus calles de cemento refinado y sus muros de cristal.
—¡Tu puedes lograrlo! —exclamó Rous luego de tomar asiento en la oficina junto a Caleb.
—Es una tarea difícil, Rous. Pero no puedo darme el lujo de perderte. ¡Perderte por un egocéntrico como Milán! —fue la respuesta de un Caleb que sentía miedo e incertidumbre.
Rous aún no se sentía del todo cómoda estando al lado de Caleb, aunque era el mismo físico, no era el cuerpo que había amado y al