El cuerpo de Natalie temblaba casi sin control, el frío que sentía le calaba los huesos, aunque la temperatura no era tan baja como para provocar aquello, algo en el interior de esta mujer le hacía saber que el frío que sentía era un frío espiritual, como que hubiera perdido el manto que la abrigaba, la cogía y la protegía, y todo eso era por la lejanía de Malakai, sabía que estaba segura solo con ese vaquero, solo con él se sentía invencible, audaz y ahora que estaba sola y la estaban bajando de un avión, aún continuaba aturdida, y solo podía sentir el frío rodearla, la necesidad casi asfixiante de regresar al lado de su vaquero era tanta que, poco había pensado en lo que le decían los agentes que le habían arrestado bajo la excusa de malversación de fondos de una de las empresas Carter, hasta que nuevamente estuvo en la patrulla, las sirenas y al ver por la ventanilla la ciudad a su alrededor, la llevaron otra vez a ese hueco oscuro que había sido su vida solo unos meses atrás, y fu