Serena no sabía que esperar de la cena con sus padres. Por supuesto, ellos no iban a armar un alboroto, pero eso no iba a evitar que intentaran alguno de sus juegos sucios. No conocía a nadie mejor que sus padres para hacerte sentir inferior y asustado.
Podía haber pasado tan solo algunas semanas desde que no estaba bajo sus órdenes, pero se sentía como si fuera mucho más y verlos a los dos, otra vez, despertaba todos sus miedos, que con mucho esfuerzo estaba tratando de dejar atrás.
Se dio una mirada en el espejo y sonrió un poco más animada. Estaba usando un vestido hermoso, pero era uno de aquellos que su madre jamás le habría dejado usar y era una de los principales motivos para usarlo, aunque también porque le gustaba. La prenda le dejaba la espalda al descubierto y tenía un escote pronunciado.
—Tus padres está subiendo —avisó Vincenzo.
Se giró hacia la puerta.
—Estoy lista.
Se sonrojó al ver que él la estaba desnudando con la mirada. A veces Vincenzo la hacía sentirse como una j