Capítulo 43 — Sombras en Hyde Park
En la residencia Derby, Virginia retomaba sus labores como secretaria del conde, tras las agitadas noches de baile y emociones recientes.
Había algo reconfortante en el sonido de las hojas al deslizarse sobre la mesa, en el roce de la pluma contra el papel y en la voz del conde dictando cartas a medio tono. Aquella rutina le brindaba una calma que no había sentido en días.
— Tome nota, señorita Herbert —dijo el conde con su habitual serenidad—. “Al honorable señor Fielding, respecto a la compra de las tierras de Kent…”
Virginia escribió con pulso firme. Sin embargo, su mente, inquieta como siempre, se escapaba por momentos. No podía evitar recordar la mirada del marqués durante el último baile, la calidez de sus palabras, el modo en que había tomado su mano sin que mediara palabra alguna.
Clara, que organizaba documentos en la biblioteca contigua, la observó con disimulo y una sonrisa cómplice. Sabía reconocer esa expresión: una mezcla de concentraci