Príncipes y princesas se dirigían hacia la torre del dragón, montando sus veloces caballos, dispuesto a rescatar al príncipe cautivo.
-No una, ¡van dos veces que Sam es secuestrado por un dragón!- gritó Jax, claramente enojado por ser su hermano secuestrado otra vez, por el mismo dragón.
Esta bien que tenía mala suerte, pero hasta éso debía tener un límite ¿no?
-Primero como la princesa Samanta y ahora como el príncipe Samuel.- dijo Candy, muy animada.
Por fín cumpliría sus sueños de ir a una aventura con sus hermanas, Luz, un gran príncipe como Jax y el otro tipo.