—Ese no es el tono rosa que pedí. —Mi mañana tuvo comienzo a las siete en punto, momento en donde me acomode como siempre solo para venir a evaluar los avances de la construcción del centro.
La obra gris está completamente lista, lo puedo decir con todo orgullo. Aún así existen ciertos detalles menos relevantes que me causan algo de ruido, como por ejemplo, el simple hecho de que la pintura elegida para las paredes sea un rosa tan chillante que puede quemarte los ojos.
—Una disculpa, Señorita Catherine.
—Tranquilo, eso sirve para pintar detalles pero tenemos que buscar uno más suave, que le dé gusto verlo a los visitantes. ¿Si?
—Entendido.
—Gracias.
Me fui por mi lado dispuesta a no seguir molestando al hombre en sus labores diarias, después de todo mencioné que les haría un pago extra si terminaban todo lo que faltaba en menos de una semana.
Las elecciones de funcionarios está muy cerca, no puedo permitirme que mi único proyecto social al estar allá sea únicamente haber repartido co