Mathew soltó el pezón húmedo y sumamente hinchado después de haberlo chupado y estimulado con su boca hasta ser desesperante para la dueña de este. Una muy fina línea blanquecina salió de él como último rastro del líquido.
Como buen esposo dedicado a su tarea había tragado con ansias todo lo que aquel lugar tenía para ofrecerle. Ahora había rastros del sabor dulzón en todo su paladar. Era delicioso y exquisito. Se relamió los labios llevándose los restos sobre estos.
-Marido mío, estás lleno- Lara bromeó uno de sus habituales comentarios, jadeando, pero con una enorme sonrisa en sus labios. Sus mejillas estaban totalmente teñidas de rojo y sus dedos se enterraban en el cabello de su esposo quitándolo de su rostro- Te ves feliz-
Mathew acarició su cadera, Lara estaba sentada a horcajadas sobre él y alzó su mirada azulada.
-No me mires así, amor, me estremeces- Lara agarró las mejillas de su esposo y atrajo su rostro hacia el suyo besando la comisura de sus labios- Sabes que tus ojos ah