¿Alguna vez has sentido ese vacío existencial que te hace doler todo el cuerpo? Porque así era como me sentía y no se lo deseo a nadie. Había despertado hace mucho, no se cuanto tiempo estuve sedada, no se ni que días es.

En todo ese tiempo había buscando una manera de salir pero simplemente no había nada, solo la pequeña ventana que mostraba un ambiente sombrío, ni siquiera anochecía o cambiaba la luz, era solamente una luz de tonalidad morada que me acompaña en cada momento.

Me dolía la garganta y los ojos los sentía hinchados.

Cuando desperté la habitación estaba totalmente limpia y ya no tenía mi vestido. Ni siquiera tengo más fuerzas para seguir peleando en el momento que la puerta se abrió y entró Vicent con una bandeja de comida.

–¿Qué haces aquí? No quiero verte– mi voz es apenas audible. Se acerca despacio quedando a una distancia coherente y se inclina.

–No sabes cómo me duele verte así.

–Entonces no me veas– le recl