Las dos chicas llamadas Rosa y Ana me guiaron al jardín, tal como él lo dijo, es un lugar maravilloso, un lugar de cuento. Rosas y flores de todo tipo, el sol es tenue, el clima es frío, y el lugar se siente solo. Las personas acá al contrario del reino lobuno, son totalmente apáticas entre ellos, no se saludan si no con un sentimiento de cabeza y hacen como si nadie más existiera.

No podría deducir exactamente qué hora es debido al clima tan extraño, pero según Rosa son las diez de la mañana. Vicente estaba esperándome en el comedor pero yo quería quedarme en este lugar buscando una salida pero por más que lo recorrí todo no encontré nada, estaba totalmente cerrado, Miles de pasillos y todos sin salida.

No podía darme por vencida, debía haber otra salida. Las damas no querían hacer esperar más a su amo y me llevaron básicamente arrastras al comedor. Todo en este lugar era enorme en una era medieval, desde la ropa hasta los lugares.

Vicent luce un impeca