Amara
Sonreí ante las ocurrencias de Laila sobre su cumpleaños. Faltaban tres semanas y esta ya estaba como loca en los preparativos.
—Ya quiero conocer a mi loba— chilla viéndose en el espejo una vez más aplicando su labial. A mi hermano realmente le había tocado una gran chica de mate, sería una gran luna.
—Genial, a mi todavía me falta un año— se quejó Dani recostada de la repisa.
—Tranquila, ese año pasará volando—le aseguro tratando de animarla, sabía que qué le ocurría y debía averiguarlo— a mi todavía me faltan cuatro meses.
—¿Qué harán para Navidad?— vuelve Laila y pregunta. Sonrió con entusiasmo.
—Iré a mi manada, hace mucho rato que no veo a mamá. Quiero darle un abrazo gigantescos— mi sonrisa se borra cuando veo a Dani, algo estaba pasando por su cabeza y al parecer no era bueno.
—Chicas, mamá le dijo al alfa que encontré a mi mate— la Dani sonriente y alegre de esta mañana ha desaparecido, ahora solo se pasa las manos por la cara pareciendo desesperada— no sé cómo rayos d